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martes, 14 de julio de 2009

Copenhague, el orgullo de dinamarca






¿Estás preparado para descubrir un lugar diferente? Los picos cubiertos de musgo de las torres que se erigen sobre Copenhague dotan de un peculiar tono verduzco el paisaje de la ciudad. Es sólo el principio de la larga lista de sorpresas que guarda. Quizá lo más impactante a primera vista sea la antigüedad de la ciudad, que también queda patente en algunos de sus museos, como el dedicado a las embarcaciones de sus antepasados, los vikingos.
Asegúrate de meter en la maleta tu calzado más cómodo. Copenhague tiene el tamaño perfecto para ser descubierta a pie, aunque también cuenta con una excelente red de transporte público. Los nombres de las calles se identifican con claridad, y éstas se encuentran muy bien iluminadas, por lo que sólo tendrás que preocuparte de disfrutar del paseo. Además, Copenhague es una ciudad abierta al visitante, sus habitantes son extrovertidos y amigables. Para comunicarte, practica tu inglés.
El recorrido bien podría iniciarse con una visita a la universal estatua de La Sirenita. La tierna figura, tantas veces ultrajada por los vándalos (la última vez en 1998, cuando la decapitaron), te espera en el viejo fuerte del puerto, dentro del parque de Kastellet.A poca distancia se encuentra el Palacio Amalienborg, la residencia real, con la impresionante fuente de Gefion coronando el centro de la plaza que rodea el palacio. Después de acercarte al Marmorkirken o iglesia Marble, continúa hasta alcanzar la calle Nyhaven, uno de los ejes principales de la ciudad a través del cual accederás a al Teatro Real. Y si lo que quieres es comprar, aprovecha para echar un vistazo en Magasin du Nord, el centro comercial más importante de Copenhague. Podrás encontrar casi todo lo que te imagines, típicos recuerdos daneses incluidos.






Las joyas de la Corona pueden admirarse en el atípico castillo de Rosemborg, desde donde llegarás al Jardín Botánico. Allí podrás disfrutar de la sensación de encontrarte en el trópico rodeado del espesor de la vegetación. Ahora ha llegado el momento de subir a lo alto y contemplar la ciudad desde la Torre Redonda, el paisaje es magnífico.Y desde las alturas podrás divisar otra gran calle peatonal, Kannikestra. Debes dirigirte por ahí si quieres conocer la catedral de Our Lady´s Church o la Universidad. ¿No quedaste satisfecho en el centro comercial? ¿huyes de las grandes superficies? Stoget es tu zona. Es el nombre dado a cinco calles que cruzan el centro de Copenhague donde las tiendas ocupan cada metro cuadrado. Pero si lo que quieres es fundirte en el ambiente y pasar desapercibido, toma nota. La mayor parte de los jóvenes visten igual, por lo que si incluyes en tu vestuario prendas negras y grandes botas tendrás muchas posibilidades de parecer un auténtico danés.Modas aparte, la auténtica esencia danesa se recoge en el Museo Nacional, donde encontrarás una excelente colección de objetos arqueológicos de todos los tiempos.El paseo monumental termina en Tivoli, 20 acres de juegos, restaurantes, conciertos, fuentes, jardines florales...en el centro de Copenhague. Y con la caída del sol, la ciudad se transforma. Pero sólo de forma notable de jueves a sábado, ya que el resto de la semana, salvo eventos puntuales, puede ser un sitio un poco aburrido.Existen tres zonas donde salir (City Center, Scala/Axeltorv, and Nørrebro), aunque no olvides acercarte a Christiania, una auténtica comunidad alternativa e independiente en el centro de la ciudad para conocer un modo de vida diferente. Se distinguen dos tipos de bares: lugares para ver y ser visto, y sitios donde conocer gente. Elijas la opción que elijas, contarás con una gran cantidad de bares, cafés y discotecas a tu disposición; y si eres un auténtico nocturno, no debes dejar de conocer el Café Louise, donde se concentran los elementos más genuinos de la noche danesa hasta las ocho de la mañana.



Cuando prepares tu viaje a Copenhague, ten presente que como otros países escandinavos, Copenhague es diferente a Europa. Su homogeneidad imprime un carácter expansivo a sus ciudadanos, siempre dispuestos a dar la bienvenida al visitante. Y tampoco dejes de lado un buen jersey, porque incluso en verano, las temperaturas son frías.
Copenhague es tan diferente a otras ciudades que su visita se convertirá en una inusual y agradable experiencia. Con un recorrido por el centro urbano, te familiarizarás con la ciudad entera, y en un solo día de descubrimientos puede surgir una inolvidable y duradera relación con Copenhague, la joya de Dinamarca.

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